Experiencias de viajeros en Irán, No 1
Experiencias
655

Experiencias de viajeros en Irán, No 1

EL ESPLENDOR DE LOS MAUSOLEOS IRANÍES

Óscar Losa de Santander, España, ingeniero informático y profesor de Enseñanza Secundaria, recientemente jubilado. Viajar a lugares lejanos es hacerlo a lo lejano que hay dentro de nosotros mismos.

Oscar viajó a Irán en septiembre de 2016 y yo Bita Talebi tuve el honor de acompañarle como guía y ahora comparte con nosotros un pequeño resumen de su viaje, sobre los mausoleos.

Viajar por Irán es una delicia  porque, aparte del exotismo de un país islámico, con mucha frecuencia aflora el sustrato persa, una cultura muchas veces milenaria que, a través de sus influencias sobre el mundo clásico griego y el judaísmo, ha  impregnado la mentalidad de Oriente Próximo y Europa.

Dicen que esa influencia está también detrás de las diferencias que el chiismo mantiene con los sunitas. Una  de ellas, que coincide con las tradiciones de los países católicos, es la devoción hacia los santos y la creencia en el poder espiritual que sus las tumbas y mausoleos ejercen sobre sus visitantes.

En un rasgo compartido con el sufismo, los chiitas hacen de estos lugares un centro de peregrinación, un lugar de profunda comunicación con lo divino, de petición y oración, y a la vez, un centro de reunión social, en cuyos patios y jardines las familias se reúnen, juegan, comen y se divierten.

El interior de los mausoleos, con frecuencia cubiertos con mosaicos formados con miles de pequeños espejos que fragmentan y multiplican la luz, produce una atmósfera extraña, ultra terrena, en la que parece que uno ya ha abandonado este mundo.

Los sarcófagos, a menudo bañados en una luz verdosa que hace aún más irreal el lugar, están rodeados por una verja a la que siempre hay peregrinos abrazados. Unos rezan, otros lloran, el resto se quedan como sumidos en trance.

El mausoleo más interesante de todos los que vimos en nuestro viaje por Irán, fue el Shah Cherag, en Shiraz. La visita nocturna, con la espectacular iluminación del edificio, y el animado ambiente en el exterior, contrastaba con el recogimiento y la extraña luminosidad del interior de la tumba.

Y si de algo me quedé con ganas de conocer tras aquel viaje, fue precisamente el que debe ser el más interesante de todos: el mausoleo del imam Reza, en Mashhad. Otro buen motivo para volver a Irán.

 

 

 

 
We love to hear your comments